Formatos de archivo: cuáles son los más frecuentes y cómo traducirlos – primera parte

Formato dei file

Hace mucho, mucho tiempo, en la llamada «Edad de Oro de la Traducción», la traducción de documentos se realizaba solo en formato papel. A lo sumo, se utilizaba la máquina de escribir, pero solo en épocas más recientes.

Hoy, afortunadamente, ya no es así. Sería prácticamente imposible imaginarlo, si pensamos en la enorme cantidad de tipos de archivos utilizados en las aplicaciones y la comunicación cotidiana.
En la primera parte de esta profundización, hablaremos de algunos de los formatos principales utilizados en la traducción y de cómo se realiza su procesamiento.

Traducción y tecnología

La llegada de la informática a la comunicación, hace ya casi 50 años, revolucionó por completo los soportes utilizados y las necesidades técnicas para traducirlos. Los ordenadores están hoy en los hogares de todos y, por supuesto, también en los de los traductores. Sería impensable que un profesional de la traducción trabajara sin soporte informático.

A pesar de esto, la enorme variedad de tipos de archivos requiere el uso de herramientas informáticas cada vez más avanzadas y flexibles, que permitan la edición y el procesamiento de contenidos y soportes muy diferentes, como archivos de imágenes, de audio, de subtítulos, archivos de texto no editables, archivos de gráficos y, por supuesto, sitios web y archivos de contenido de software.

Archivos de imagen

Hoy en día existen una gran variedad de formatos de archivos de imagen, desde los antiguos .bmp o .jpeg hasta los más avanzados .ind o los .cmyk o .ill, utilizados principalmente en el ámbito del diseño profesional. Algunos de estos formatos no son modificables, es decir, no es posible convertirlos a un formato que permita su traducción bilingüe y que los reconvierta a su formato original. Por ejemplo, para editar el contenido textual de un archivo .jpeg, el procedimiento más sencillo es convertir el archivo a un formato más «manejable», como el formato .pdf de Adobe Acrobat. Una vez convertido, el archivo se puede traducir utilizando una herramienta de traducción asistida (que aprovecha diferentes funciones para garantizar la calidad del trabajo del traductor) para después volver a convertirlo al formato original. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, cada vez que un archivo se convierte de un formato específico a uno genérico y viceversa, siempre se producen pérdidas de datos debido a la diferente estructura tecnológica del software.

Por esta razón, siempre es preferible pedir a los diseñadores gráficos que proporcionen archivos de imagen en formatos profesionales directamente editables. Gracias a programas específicos, el texto se extrae de estos archivos, conservando el código necesario para recrearlos exactamente idénticos. De esta manera, el formato final será idéntico al original (salvo mínimas diferencias debidas a las diferencias entre idiomas) y el gasto en tiempo y trabajo gráfico se reducirá considerablemente.

Un traductor profesional siempre es capaz de traducir formatos de imagen particulares y de proporcionar a sus clientes materiales traducidos de calidad.

Archivos de audio

Para los contenidos de audio, como las entrevistas o las transmisiones de radio, lamentablemente, la tecnología todavía tiene limitaciones.

De hecho, para tener una transcripción del habla original, existen pocas alternativas al trabajo tradicional de escuchar toda la grabación y, posteriormente, proceder a la traducción. Sin embargo, siempre hay alternativas.

En primer lugar, los traductores profesionales no solo son capaces de comprender un texto escrito, sino también un texto oral y, a menudo, son capaces de traducir directamente del discurso hablado, sin tener que recurrir a la transcripción. Si esto no fuera posible, existen softwares de reconocimiento de voz capaces de transcribir, aunque no de forma exacta y completamente fiable, las conversaciones más claras y con menos ruido de fondo.

Si ninguna de estas opciones fuera posible, lo mejor es considerar un probable aumento del coste debido a la transcripción, que deberá ser realizada por una persona nativa, preferentemente de la misma zona de origen de los hablantes (para captar las inflexiones y la jerga dialectal, en caso de que la hubiera), y que tenga experiencia en el sector objeto del audio. Es cierto, tiene un coste mayor, pero la calidad tiene un precio y, sobre todo, tiene un valor.

Archivos de subtítulos

Los subtítulos son una categoría de traducción en sí misma, que sigue reglas específicas y, a menudo, muy estrictas.

En primer lugar, existen dos categorías de subtítulos, los de flujo libre y los sincrónicos. Los subtítulos de flujo libre son la simple transcripción o traducción de lo que se dice en tiempo real, utilizada principalmente en entrevistas, durante conferencias multilingües o en vídeos publicados en redes sociales.

Los subtítulos sincrónicos son aquellos en los que el texto corresponde a lo que se dice en el vídeo en casa momento, o casi. Deben respetar límites precisos de longitud, duración y legibilidad, y requieren un trabajo de traducción muy específico. Leer y escuchar son acciones con velocidades distintas, y los subtítulos deben tenerlo en cuenta. Las normas básicas para los subtítulos son las siguientes:

  • Máximo 2 líneas
  • No más de 44 caracteres por línea
  • Máximo 20 caracteres por segundo
  • Sin repeticiones
  • Frases lo más cerradas posible
  • División correcta de la frase (entre principal y subordinada y en correspondencia con una conjunción)
  • Usar frases sencillas

Traducir subtítulos es un arte.

Afortunadamente, existen softwares que pueden ayudarnos asegurando la correspondencia entre el vídeo y el texto mientras se escribe y proporcionando en tiempo real las estadísticas de legibilidad necesarias para que los traductores puedan identificar la mejor solución para el éxito del cliente. Estos programas no solo permiten la traducción de subtítulos existentes, sino también la creación de los mismos y la integración con el software de edición textual.

ATENCIÓN: En Internet es posible encontrar softwares y sitios web que generan subtítulos automáticamente y, a veces, ¡incluso los traducen! Seguramente se trata de herramientas útiles para ofrecer a quien mira una idea de lo que se dice en un vídeo. Sin embargo, si deseas proyectar una imagen de calidad y fiabilidad de tu trabajo o contenido, siempre es mejor confiar en subtituladores y traductores profesionales, los únicos capaces de garantizar un excelente nivel de calidad.

Un buen traductor profesional que ofrece este servicio conoce todas las normas comúnmente aplicadas a los subtítulos, pero siempre es conveniente que el cliente especifique sus preferencias. De esta manera, los archivos de destino (generalmente en formato .srt o .vtt, los más comunes) serán perfectos para los vídeos que se desea traducir.

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