El aprendizaje de nuestra lengua materna es algo natural en los seres humanos. Desde muy pequeños, escuchamos a las personas de nuestro entorno, como padres, amigos y familiares, y así vamos adquiriendo el lenguaje. Pero este aprendizaje no solo nos aporta habilidades lingüísticas, sino que también nos enseña la cultura y valores de nuestra sociedad.
Es por eso que, la traducción es una tarea compleja que implica mucho más que simplemente traducir palabras de un idioma a otro. Uno de los factores más importantes a considerar es la cultura.
La cultura es un factor clave en la traducción porque cada cultura tiene su propia forma única de comunicar ideas y conceptos. Los traductores deben ser capaces de entender estas diferencias culturales para poder transmitir con precisión el significado original del texto. Por ejemplo, una palabra en un idioma puede tener diferentes matices o significados en otro idioma, dependiendo de la cultura y el contexto en que se use.
Entonces, ¿cómo afecta la cultura al proceso de traducción? Aquí hay algunas áreas clave a considerar:
La importancia de la localización en la traducción
Un factor importante a tener en cuenta es la localización. La traducción debe tener en cuenta las diferencias regionales, dialectos y variantes lingüísticas que pueden existir dentro del mismo idioma. Por ejemplo, el español hablado en España es diferente del español hablado en América Latina.
En cuanto al francés existen diferencias notables entre el francés hablado en Francia y el francés hablado en Canadá, tanto en el vocabulario como en la pronunciación.
En el caso del italiano, existen diferencias entre el italiano hablado en Italia y el italiano hablado en Suiza, donde se utiliza una variante denominada “italiano suizo” que incluye elementos del dialecto suizo-alemán.
Por otro lado, el inglés canadiense se parece mucho al inglés británico en términos de pronunciación y vocabulario. Sin embargo, también hay algunas diferencias importantes. Por ejemplo, en el inglés canadiense utilizan diferentes palabras para ciertos objetos o situaciones en comparación con el inglés británico. Y, en cuanto al inglés de Estados Unidos, también es muy diferente la pronunciación y el vocabulario.
Los traductores deben ser capaces de adaptar el texto a la variante lingüística adecuada para el público objetivo.
Sensibilidad cultural
Los traductores también deben ser sensibles a las diferencias culturales para evitar ofender a los lectores o al cliente. Una malinterpretación cultural del texto puede tener un impacto negativo en la relación del cliente con su audiencia. Por ejemplo, un eslogan publicitario que es aceptable en un país, puede ser ofensivo en otro.
Por tanto, los traductores deben comprender los valores, las creencias y las normas culturales de cada país. Además, es importante considerar las diferencias culturales en el uso de la lengua. El idioma no solo se trata de palabras, sino también de tonos, modismos y expresiones.
Contexto cultural en la traducción
Otra consideración importante es el contexto cultural en el que se utiliza el idioma. Un ejemplo claro de esto es el uso de los números en diferentes culturas. En algunos países, como los Estados Unidos, los números se escriben con comas para separar los miles y con un punto para separar los decimales, mientras que, en otros países, como Francia, se utilizan comas para separar los decimales y un punto para separar los miles.
Si un traductor no tiene en cuenta estas diferencias culturales, el resultado puede ser confuso o incluso incorrecto.
Costumbres culturales en la traducción
Además de las diferencias lingüísticas y culturales, la traducción también puede verse afectada por factores como las normas de género, la religión y las costumbres sociales. Por ejemplo, en algunos idiomas, como el español, el género de una palabra puede ser masculino o femenino, mientras que, en otros, como el inglés, no existe esta distinción.
Esto puede afectar la traducción de textos que tratan sobre temas de género o que se refieren a personas específicas.
Otro ejemplo, sobre cómo la religión y las costumbres sociales pueden afectar la traducción es con el uso de términos religiosos en el lenguaje cotidiano, como “Dios te bendiga” o “Inshallah” (si Dios quiere). Si un traductor no está familiarizado con estas expresiones, puede perder el significado y la intención del texto original.
En definitiva, la traducción intercultural es un proceso complejo que requiere mucho más que simplemente traducir textos de un idioma a otro. Los traductores deben considerar las diferencias culturales, lingüísticas y perspectivas culturales para producir una traducción precisa y adecuada para el público objetivo.
En Traducendo, entendemos la importancia de la cultura en el proceso de traducción. Por eso, nos aseguramos de que todos nuestros traductores tengan una sólida comprensión de las diferencias culturales y estén capacitados para producir traducciones coherentes y personalizadas a cada idioma.
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